La Catedral de Barbastro se construyó entre los años 1517 y 1533 y fue financiada por el Concejo de la Ciudad con el objetivo de edificar un magnífico edificio que contribuyera a recuperar para la ciudad la categoría de sede episcopal que había perdido en 1149. Esta condición la recuperó en 1573.
El retablo mayor dedicado a la Asunción de la Virgen está realizado en alabastro, material abundante en Aragón, y madera policromada. Parte del basamento es obra de Damián Forment, el mejor maestro escultor que hubo en la Corona de Aragón en el siglo XVI, y que fue el introductor en estas tierras de los nuevas formas renacentistas.